ACTUALIZANDO A MAX PULVER
ACTUALIZANDO A MAX PULVER
Este es el primer artículo de toda una larga serie de artículos que se darán a conocer en lo que, desde ahora, se constituye como una tribuna del mismo nombre que tiene como objetivo actualizar a la luz de la tecnología de nuestros días las enseñanzas, reformulándolas.
Para empezar, se hace preciso decir que Max Pulver no puede ser considerado responsables de las atrocidades intelectuales que, en su nombre, vienen perpetrando, desde su muerte en 1952, los “maxistas”, así denominaremos a sus seguidores fanáticos que aplican sus enseñanzas de manera acrítica y sin adaptar las mismas a nuestra realidad tecnológica contemporánea.
Este fenómeno de seguimiento fanático, acrítico y literalista no es, ni muchísimo menos, exclusiva de la grafología y de la Pericia Caligráfica, sino que se hace extensivo a todos los campos del conocimiento humano, y así ocurre, sin ánimo de ofender a nadie, con muchos que de cristianos o de marxistas, con “r”, sólo tienen el nombre con el que ellos mismos se califican.
Y es que con independencia de que se conceptúe o no la grafología como una ciencia, hay que tener en cuenta que gran cantidad de los estudios que efectuó Max Pulver, si los examinamos de manera aséptica, sin prejuicios son sumamente útiles para la Pericia Caligráfica, que, precisamente porque tuvo su origen en la grafología también se le denomina “grafología neutra”, que, obviamente, habida cuenta su objeto, el estudio de la autenticidad o no de las grafías, debe prescindir, para ser rigurosa, de todo enfoque interpretativo de carácter psicológico, si bien es cierto que, por desgracia, todavía hoy en día parecen olvidar un gran número de indigentes intelectuales que, pese a presentarse como Peritos Calígrafos, no merecen, en absoluto, tal nombre por su falta de profesionalidad y de rigor intelectual.
En estos estudios de actualización de las enseñanzas de Max Pulver que, desde esta tribuna, se van a difundir, van a tener una importancia destacada la aplicación y adaptación de las mismas a los actuales programas informáticos profesionales de estudio y medición de la escritura manuscrita, que, sin duda, Max Pulver utilizaría, ahora, si viviera.
Así desde esta tribuna, se dejará de manifiesto una y otra vez, con todo empeño y sin descanso, la aporía intelectual de los grafólogos y Peritos Calígrafos que se obstinan en dar la espalda al software informático de que disponemos en nuestros días, pretendiendo así ser “los puristas encargados de la salvaguardia de las esencias tradicionales”. Esta ridícula postura, si no fuera porque perjudica seriamente a muchas personas víctimas de estos individuos, resultaría, por grotesca, hilarante.
A toda esta jauría de indocumentados intelectuales, enemigos acérrimos a la revolución informática que permite medir con garantías de exactitud las grafías manuscritas, tal y como, sin duda, hubiera deseado Max Pulver, le convendría recordar que ninguna disciplina alcanza el grado de científica, siendo, a lo sumo, pre-científica, si prescinde de la medición, pues, sin matemáticas, no hay ciencia, por más que les pese a esos Peritos Calígrafos reaccionarios que, haciendo gala de un reduccionismo egoísta, absurdo y sinsentido, dicen que la Pericia Calligráfica es de letras y pertenece, como si fuera un predio de propiedad exclusiva y excluyente a estos últimos.
Marcos Dubois
Perito Calígrafo Documentólogo-Grafólogo Científico
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